rincón del nazareno
La fortificada
La evolución reciente de Almazán ha transformado esta antigua fortaleza en un importante centro comercial del sur de Soria. No obstante, Almazán esconde una villa que aún respira su legado medieval. Lo notas al cruzar los arcos de su antigua muralla, que te guían hasta la imponente Plaza Mayor, un amplio espacio dominado por la majestuosa Iglesia de San Miguel y el elegante Palacio de los Hurtado de Mendoza.
Sin embargo, el pasado medieval de Almazán no se limita a los vestigios de sus antiguas murallas. Desde la misma plaza, una pequeña puerta lleva hacia el río Duero, revelando un camino que te conduce a una pasarela. Aquí, la verdadera grandeza de Almazán se despliega ante tus ojos, con sus poderosas torres y baluartes que resguardan la ciudad desde el río, recordando su carácter fortificado e inquebrantable.
Un artículo de National Geographic ha catalogado Almazán entre uno de los pueblos medievales más bonitos de España.
Foto cortesía de:
Este pequeño templo, construido en el siglo XVII, destaca por su singular planta octogonal y su llamativo tejado de pizarra. En su interior, los visitantes pueden admirar una hermosa cúpula barroca, así como una impresionante talla de Jesús Nazareno, el patrón de Almazán. El edificio se erige en el mismo emplazamiento donde antiguamente se encontraba la parroquia de Santiago.
Esta iglesia, declarada Monumento Nacional en 1931, fue edificada a mediados del siglo XII en un estilo románico. Su planta presenta una disposición irregular, inclinándose la cabecera hacia la plaza. Aunque existen diversas teorías sobre esta particularidad, la más aceptada es que se debe a la antigua presencia de una muralla.
Lo que realmente destaca en esta construcción es su cúpula, con nervaduras de clara influencia islámica, similar a las cúpulas califales de las mezquitas de Córdoba o del Cristo de la Luz en Toledo. Un ejemplo comparable se encuentra en la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río, en Navarra.
Además, en su interior se conserva un frontal de mesa de altar que narra el martirio de Santo Tomás Becket, donde pueden apreciarse restos de cuatro soldados con cotas de malla. Uno de ellos aparece decapitando al santo, mientras un ángel eleva su alma al cielo.
El Parque de la Arboleda es un amplio espacio verde situado en la margen derecha del río Duero, que destaca por su impresionante diversidad de árboles. Entre sus especies se pueden encontrar cedros, secuoyas, pinos, castaños de Indias, plátanos, chopos, álamos, tilos y fresnos, además de arbustos como lilos y laureles. Esta abundancia de vegetación tiene su origen en una normativa municipal del siglo XVIII, que obligaba a cada vecino a plantar un árbol o pagar una multa en su lugar. Para proteger este valioso entorno, el terreno fue cercado, evitando así que el ganado lo dañara.
Foto cortesía: Ayuntamiento de Almazán
El rey Enrique III otorgó la villa de Almazán a los Mendoza, condes de Monteagudo, quienes la convirtieron en la capital de su señorío y construyeron su residencia, el Palacio de los Mendoza, a finales del siglo XV. También conocido como el Palacio del Conde de Altamira, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Su fachada clasicista da a la Plaza Mayor, donde se encuentra una estatua de Diego Laínez, cofundador de la Compañía de Jesús y oriundo de Almazán.
El palacio alberga la Oficina de Turismo y el Centro de Recepción de Visitantes, que cuenta con audiovisuales y paneles sobre el patrimonio histórico, natural y gastronómico de Almazán. Entre sus tesoros destaca el «Tríptico de Almazán», unas tablas policromadas del siglo XV atribuidas al pintor flamenco Hans Memling. Las alas del tríptico muestran, en su cara interior, a San Pedro y Santa Isabel de Hungría, mientras que en el exterior aparecen San Francisco de Asís y San Bernardino de Siena.
Foto cortesía: Ayuntamiento de Almazán
El Parque del Cinto es un espacio natural que ofrece unas vistas espectaculares del río Duero y su entorno. Situado sobre un antiguo recinto amurallado, este parque combina historia y naturaleza, brindando a los visitantes un lugar ideal para el paseo y la relajación. El parque se extiende a lo largo del río, proporcionando un ambiente tranquilo, perfecto para quienes buscan desconectar en un entorno verde y sereno.
Además, es un punto de acceso a las murallas medievales de Almazán, desde donde se puede disfrutar de una panorámica de la villa y su casco histórico. Su mezcla de naturaleza y legado histórico lo convierte en un lugar imprescindible para quienes visitan Almazán y desean explorar tanto su belleza natural como su patrimonio cultural.
Foto cortesía: Ayuntamiento de Almazán
El recinto amurallado de Almazán es uno de los elementos más representativos de su pasado medieval. Construido en el siglo XII, servía como defensa para la villa, rodeándola con fuertes murallas y varias puertas de acceso, como la Puerta de Herreros y la Puerta del Mercado, que aún se conservan. Este conjunto defensivo, que protegía a la ciudad durante tiempos de guerra, es hoy un símbolo de la historia de Almazán. Desde ciertos puntos del recinto, se pueden disfrutar impresionantes vistas del río Duero y su entorno, combinando así patrimonio arquitectónico y belleza natural.
Almazán ofrece rutas de senderismo que permiten descubrir su riqueza natural e histórica. Una de las más emblemáticas es la Ruta del Duero, que sigue el cauce del río, ofreciendo vistas panorámicas y conectando con espacios verdes como el Parque de la Arboleda. Esta ruta es ideal para disfrutar de un paseo tranquilo entre árboles centenarios.
Otra opción es la Ruta de las Murallas, que recorre el antiguo recinto amurallado de la villa, pasando por monumentos como el Postigo de San Miguel y la Puerta de Herreros, combinando naturaleza y patrimonio.
Para los más aventureros, el Camino de Santiago Soriano atraviesa Almazán, permitiendo a los senderistas explorar los paisajes de la región mientras siguen una de las rutas históricas más importantes de España.
El Postigo de San Miguel es uno de los accesos más emblemáticos del recinto amurallado de Almazán. Ubicado cerca de la Iglesia de San Miguel, este pequeño arco medieval permitía la entrada a la villa desde el exterior, conectando directamente con la Plaza Mayor. A lo largo de los siglos, ha mantenido su estructura original, conservando su esencia histórica. Desde este punto, se puede acceder a un recorrido que conduce al río Duero, ofreciendo una vista única de la villa y sus defensas medievales. El Postigo de San Miguel es un testimonio del rico legado histórico de Almazán.
Foto cortesía: castillosnet.org
Fotografía: miancema
El Puente Medieval de Almazán, que cruza el río Duero, es una de las estructuras históricas más importantes de la villa. Construido en la Edad Media, este puente de piedra ha sido testigo del paso de viajeros y comerciantes durante siglos, conectando la ciudad con otras localidades. Aunque ha sufrido restauraciones a lo largo del tiempo, mantiene su encanto medieval con sus arcos robustos y diseño sólido. Al cruzarlo, se pueden apreciar vistas panorámicas del río y del entorno natural que rodea Almazán, lo que convierte a este puente en un punto destacado tanto por su valor histórico como paisajístico.
Foto cortesía: Turispain.es
Estás en la web oficial de El Rincón del Nazareno, hotel y restaurante en Almazán donde encontrarás el mejor precio online y ofertas exclusivas para nuestros clientes.